lunes, 18 de mayo de 2009

Bhārat

Sus vacaciones fueron productivas recorrió, Bombay, Calcuta, Nueva Delhi, Chennai Hyderâbâd, Bangalore, Ahmadâbâd, Kânpur, Poona, Nâgpur, Lucknow y Jaipur. Toda la India brillo ante sus ojos, pero el recuerdo de fuego , marco el conocimiento de su cultura, observo que la mayoría de los matrimonios se dan entre miembros de una misma casta o grupo social, y a demás son arreglados por los padres de la pareja. Después de la boda, la nueva esposa vive con la familia de su marido, por lo que es frecuente ver a varias familias compartiendo la misma casa, formando parte de una larga cadena familiar. Él era un extranjero, anti familiero cien por ciento , siempre pensaba que si dabas la mano se tomaban el codo… imposible para él pensar en concretar en seriedades esos golpes de amor; y menos aun casarse… Él sólo aspiraba a ver esos ojos teniendo un orgasmo (si es que ella los abría en semejante momento). Arriesgarlo todo, según él, valía la pena. Ella tenia los rasgos étnicos bien grabados, era una especie de Shilpa Shetty pero con mas senos. Era un espíritu en danza. Él la conoció en el Taj Mahal , ese palacio construido por el caprichoso rey Shah Vahan, un palacio hecho entero por ,y para el amor, ahí tuvo la milagrosa suerte de cruzar miradas con ellas y apreciar su anormal belleza. Fue todo destinal, todo apropositamente ambientado. Incomunicado por la lengua solo dialogaron con miradas, astutas, prendidas fuego, todo estaba claro “atracción divina” dirían por esos pagos. Él decía, “Magia India” superfluos esquejes de erotismo, en posibles brotes violentos. Sóplo de corazón viento. Nunca fue de él. Solo que en sus 12 noches de estadía ella se le presentaba infaltable en sus sueños. Él despertaba lagrimeando… empapado en sudor, y salía corriendo hacia el Taj Mahal...

No hay comentarios: