martes, 26 de mayo de 2009

Argot

Mi lenguaje esta muriendo. Los conceptos y las categorías de pensamiento, lloran ante la inminente agonía. No habrá velorio, ni palabras de recuerdo. Será un entierro sobrio y discreto; como lo que nunca fue en vida. Encastro coherencias inútiles. Les pido perdón por haber pensado que un escrito necesita “sentido”. Quizás estaba demasiado despierto.
La conquista de un territorio, la guerra, atacando cuerpo a tierra. Bombardeos y resistencias. Un Oeste yanky, con tramas propias. Me disgrego en un médium y comprendo fantasmas. El código propio, ya está instalado, solo que ahora se empieza a notar. Los padres mueren y los hijos también. Pero siempre queda una resaca. El agua y la hospitalidad son esenciales en medio del desierto. Tres son multitud; más aún en un desierto. La muletilla del perdón, sostiene al pensamiento rengo. Si la continuidad en un hecho da marcha atrás, se parece al pasado. No me insistan ya lo dije, estoy dando más de lo que tengo.

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