martes, 10 de marzo de 2009

Derramando alusiones

Nos están vigilando. Todavía no somos paranoicos. ¿Pero quien vigila a los vigilantes? (Watchmen). Todo concuerda en un complot anti felicidad, anti bien. Todo explota en el segundo que cruzamos nuestras voces. Solo basta eso, no hace falta ni un roce, comprenden y les da bronca nuestro poder. Mi sonrisa inaudita olfatea tu llegada y hace de escudo a la interpretación. Sartre dijo: “El hombre es un dios fracasado”.
El otro día tu amiga me increpo el hecho de no haberte perdonado ¿Para que va a la fiesta? Creo que ella era “El Vigilante”. Se ve que para ella y para vos el tiempo no paso, se estanco en un rencor. Y después por naturaleza atrevida me lanza un perro. ¿Qué le habrás contado para que no me largue la jauría entera? Ya no tengo tiempo para imaginar eso. Ahí quedo plasmado los laberintos de la confianza. Seguramente llevo la información a destino, pero solo se pudo quedar con la visual, te habrá dicho que me corte el pelo, como lo usaba después de haberlo tenido largo. Que sigo ignorando olímpicamente a los que me rodean sino me interesan. Etcéteras inestables. Ya entrada la madrugada me “obligan” a beber para brindar por el éxito de la actividad cultural (fiesta). Bebo, y se genera el error, tu esposa me mira demasiado y me incomoda. Me enoja. Realizo un contrato social para retirarme lo antes posible. En la puerta, tu amiga, ya disfrazada de demonio, caracterizada en alucinaciones. La igonoro. Me dice: “He que onda no saludas cuando te vas” Por dentro pensé, no, no saludo. Pero la ética y la educación de hombre me hacen volver irritado. Le di un beso y le dije: “Nos vemos, cuidate”, ella dijo: “Cuidate vos, que no te veo bien nene” Es una tremenda hija de puta, fue entrenada por vos.

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