miércoles, 29 de abril de 2009

295



El genio del corazón, tal como lo posee aquel gran ocultador, el dios-tentador y cazarratas nato de las conciencias, cuya voz sabe descender hasta el inframundo de toda alma, que no dice una palabra, no lanza una mirada en las que no hay un propósito y un guiño de seducción, de cuya maestría forma parte el saber parecer—y no aquello que él es, sino aquello que constituye, para quienes lo siguen, una constricción más para acercarse cada vez más a él, para seguirle de un modo cada vez más intimo y radical:---el genio del corazón, que a todo lo que es ruidoso y se complace en sí mismo lo hace enmudecer y le enseña a escuchar, que pule las almas rudas y les da a gustar un nuevo deseo,--- el de estar quietas como un espejo, para que el cielo profundo se refleje en ellas---; el genio del corazón, que a la mano torpe y apresurada le enseña a vacilar y a coger las cosas con mayor delicadeza, que adivina el tesoro oculto y olvidado, la gota de bondad y de dulce espiritualidad escondida bajo el cielo grueso y opaco y es una varita mágica para todo grano de oro que yació largo tiempo sepultado en la prisión del mucho cieno y arena; el genio del corazón, de cuyo contacto todo el mundo sale más rico, no agraciado y sorprendido, no beneficiado y oprimido como por un bien ajeno, sino más rico de sí mismo, más nuevo que antes, removido, oreado y sonsacado, más frágil, mas quebradizo, pero lleno de esperanzas que aún no tienen nombre, lleno de nueva voluntad y nuevo fluir, lleno renueva contravoluntad y nuevo refluir… ¿pero qué es lo que estoy haciendo, amigos míos? A no ser que no hayáis adivinado ya por vosotros mismos quién es ese espíritu y dios problemático que quiere ser alabado de este modo. Lo mismo que le ocurre, en efecto, a todo aquel que desde la infancia ha estado siempre es camino y en el extranjero, también a mí me han salido al paso muchos espíritus extraños y peligrosos, pero sobre todo ese de quien acabo de hablar, y ése lo ha hecho una y otra vez, nadie menos, en efecto, que el dios Dioniso, ese gran dios ambiguo y tentador, a quien en otro tiempo, como sabéis, ofrecí mis primicias con todo secreto y con toda veneración---siendo yo a mi parecer, el último que le ha ofrecido un sacrificio: pues no he encontrado a nadie que haya entendido lo que yo hice entonces. Entre tanto he aprendido muchas más cosas, demasiada cosas sobre la filosofía de este dios, y, como queda dicho, de boca a boca, ---yo, el último discípulo e iniciado del dios Dioniso: ¿y me sería licito acaso comenzar por fin alguna vez a daros a gustar a vosotros, amigos míos, en la medida en que me esté permitido, un poco de esta filosofía? A media voz, como es justo: ya que se trata aquí de muchas cosas ocultas, nuevas, extrañas, prodigiosas, inquietantes. Que Dioniso es un filósofo, y que por tanto, también los dioses filosofan, paréceme una novedad que no deja de ser insidiosa, y que tal vez suscite desconfianza cabalmente entre filósofos, --- entre vosotros, amigos míos, no hay tanta oposición contra ella, excepto la de que llega demasiado tarde y a destiempo: pues no os gusta creer, según me han dicho, ni en dios ni en dioses. ¿Acaso también tenga yo que llegar, en la franqueza de mi narración, más allá de lo que resulta siempre agradable a los rigurosos hábitos de vuestros oídos? Ciertamente el mencionado dios llegó, en tales diálogos, muy lejos, extraordinariamente lejos, e iba siempre muchos pasos delante de mí… Más aún, si estuviera permitido, yo le atribuiría, según el uso de los humanos, hermosos y solemnes nombres de gala y de virtud, y haría un gran elogio de su valor de investigador y descubridor, de su osada sinceridad, veracidad y amor a la verdad. Pero con todos estos venerables cachivaches y adornos no sabe qué hacer semejante dios. “¡Reserva eso, diría, para ti y para tus iguales, y para todo aquel que lo necesite! ¡Yo---no tengo ninguna razón para cubrir mi desnudez!”---Se adivina: ¿le falta acaso pudor a esta especie de divinidad y de filósofos?--- En una ocasión me dijo así: “En determinadas circunstancias yo amo a los seres humanos--- y al decir esto aludía a Ariadna, que estaba presente---: el hombre es para mí un animal agradable, valiente, lleno de inventiva, que no tiene igual en la tierra y que sabe orientarse incluso en todos lo laberintos. Yo soy bueno con él: con frecuencia reflexiono sobre cómo hacerlo avanzar más y volverle más fuerte, más malvado y más profundo en cuento es.” “¿Más fuerte, más malvado y más profundo?” pregunté yo, asustado. “Sí, repitió, más fuerte y más malvado y más profundo; también más hermoso”---y al decir esto sonreía este dios-tentador con su sonrisa alciónica, como si acabara de decir una encantadora gentileza. Aquí se ve a un mismo tiempo: a esta divinidad no le falta solo pudor---; y hay en general buenos motivos para suponer que, en algunas cosas, los dioses en conjunto podrían venir a aprender de nosotros los hombres. Nosotros los hombres somos---más humanos…





Friedrich Nietzsche, “¿Qué es aristocrático?”, sección novena (295) en, Más allá del bien y del mal. Pág., 252, 253, 254; Alianza Editorial, Madrid (1993)

Por él

Lucio es vida.

Lucio inquieto, intrépido.

Lucio de ojos inteligentes.

Lucio maternal.

Lucio paternal.

Lucio es luz.

Lucio enseña, aprende.

Lucio llora, se comunica.

Lucio nos pone en segundo plano.

Lucio es contemplado, estudiado.

Lucio es amado, protegido.

Lucio es nosotros.

Lucio arma el mundo. Lo desarma.

Lucio piensa. Crece.

Lucio nos abstrae.

Lucio juega con seriedad.

Lucio nos hace reír y llorar.

Lucio es complejo.

Lucio nos cura.

Lucio es “hijo”

Lucio es “nuestra” vida.

Es eso, es todo, es Lucio.

domingo, 26 de abril de 2009

De la inquietud

Su cuerpo estaba dividido: por una parte su cuerpo propio

- su piel, sus ojos -, tierno, cálido, y, por la otra,

su voz, breve, contenida, sujeta a accesos de distanciamiento,

su voz, que no daba lo que daba su cuerpo.



(Roland Barthes, “Fragmentos sobre un discurso amoroso”)





De la inquietud de mí cuerpo al desear el tuyo. De la inquietud de mí ser al enfrentar tu ausencia. De mi cuerda de prosa que anuda poemas, caminantes de situaciones. La inquietud empieza a despoblarse de criaturas del pasado. La inquietud del rosal de Alfonsina Storni.

Se nace con cierta inquietud. Esta inquietud tiene sus mejores resultados. De secuelas programadas. De suspiros por lejanía. El “pensamiento chino”. Tanaj. Orden al espacio incierto. Invasión de miedos. Poetisa, amor mío, lleva mis transformados oídos hacia tus sentencias, y bajo una palmera, refrescare mi conciencia inaudita en tu amor. Soy pequeño y humilde, vivo en casa nueva, y nunca llegaré a conocer a Jesús personalmente. Aunque sea inquieto, esencialmente un espíritu intuitivo. El centro de la psiquis, inquieto terreno donde toca el sol.

Uno de los sentimientos más comunes después de una separación amorosa es la enorme curiosidad en relación al destino del otro. Hay un movimiento casi dialéctico en algunas inquietudes amatorias del sentido común, por un lado, ver el sufrimiento de una persona tan íntima los deja tristes; por otro, les satisface sus vanidades. El orgullo se torna inconsciente, uno necesita sentirse importante, se necesita saber que nuestra ausencia provoca dolor. Yo siento lo que siento. Solo hago un análisis socio-cultural, ornamentado, con forma de escrito. El lenguaje es una piel. Yo froto mi lenguaje contra el otro.



Mi lenguaje tiembla de deseo. La emoción proviene de un doble contacto: por una parte, toda una actividad discursiva viene a realzar discretamente, indirectamente, un significado único, que es "yo te deseo", y lo libera, lo alimenta, lo ramifica, lo hace estallar (el lenguaje goza tocándose a sí mismo); por otra parte, envuelvo al otro en mis palabras, lo acaricio, lo mimo, converso acerca de estos mimos, me desvivo por hacer durar el comentario al que someto la relación. (Hablar amorosamente es desvivirse sin término, sin crisis; es practicar una relación sin orgasmo. Existe tal vez una forma literaria de este coitus reservatus: el galanteo) La pulsión del comentario se desplaza, sigue la vía de las sustituciones. En principio, discurro sobre la relación para el otro; pero también puede ser ante el confidente: de tú paso a él. Y después, de él paso a uno: elaboro un discurso abstracto sobre al amor, una filosofía de la cosa, que no sería pues, en suma, mas que una palabrería generalizada. Retomando desde allí el camino inverso, se podrá decir que todo propósito que tiene por objeto al amor implica fatalmente una alocución secreta”.

(Roland Barthes, "Fragmentos sobre un discurso amoroso")



Vuelo en impaciencias, cuando aterrice, explotaré en tu mente y surcaré caminos no descubiertos. Si se quiere desconfiar, no se insiste, se hace. Y si ese accionar no es real, descompaginara la realidad que estamos esculpiendo. Tomo el próximo vuelo; hasta hoy a la mañana. Hasta que pueda verte; sin poder tocarte.

martes, 21 de abril de 2009

Percepto

(Escrito ensayo)

Escrito: el néctar de tu entrega invade mi espíritu. Placer aéreo del inquieto. Secuela de un tarde intrépida donde me semidesmayo en besos tiernos, firmes en su suavidad. Ayer te escuche el corazón tres veces, la tres eran un tropel, eso tranquilizo al mío, no se sintió solo en su también furioso latir. Un escrito de los misterios, como cajones con juegos de químicas. Fusiones de segregados de conciencia fértil. Pareidolias; en todos lados te veo.
La liberación se realiza a través de las relaciones, sin las cuales el flujo del deseo necesariamente queda inhibido. El deseo no es un instinto primario anárquico que hay que reprimir para que la sociedad funcione; sino que el deseo es creado por las relaciones, o sea, el deseo es de por sí social, quiero clarificar al agua esta idea que me carcomía los pensamientos, darle molécula, forma.
Ensayo: la experiencia amorosa parece refractaria a nuestra capacidad de comprensión racional, por el modo en que invade nuestras estructuras anímicas, alterando decisivamente nuestra percepción del mundo. Sin embargo, te propongo también tener en cuenta otra perspectiva: en lugar de pensar que quizás nos enfrentamos a una especie de núcleo ciego decorado de pura irracionalidad, podríamos sospechar que esta vivencia, por su propia naturaleza irreductiblemente singular, vuelve inactiva nuestra voluntad de universalización, y por eso, lo que ha de cambiar es la forma de acercamos al fenómeno. Quizás es preciso abandonar el espacio de una subjetividad racional en que el amor solo es una conmoción sentimental afectiva, que tiene lugar en las zonas opacas de la conciencia. ¿Es el amor una autentica forma de trascendencia, una efectiva transitividad de sujeto a sujeto, o mas bien, una autoenajenación de la voluntad que proyecta lo deseado como si la trascendiera, la proyección de un imaginario sobre una realidad siempre inalcanzable?
El amor no puede realizarse como fusión; nos relacionamos eróticamente con algo que “jamás se da”. La caricia no es otra cosa que el testimonio de la búsqueda de algo que se nos escapa. El amor no es entonces una relación de sujeto a sujeto, sino la progresiva, pero nunca completa, disolución de la identidad en la alteridad, el abismarse el uno en el otro, el arrojarse de cada uno en lo insondable del otro. Como dijo Emmanuel Lévinas: “Amar es intuir lo infinito en el otro”.

jueves, 16 de abril de 2009

Molestias

1

Vivimos es una sociedad confesionista.
Un hueco en un pájaro, un moño en
el paladar. Tu mirada de doble sentido.


2

Capricho de nueva estructura.
Cortezas rápidas que crean al árbol.
Se me pegó el enredo. Derrames.

3

Agonía perfumada.
¡Pucha! que te amo “che”
No estoy pensando; estoy sintiendo.

Matográfico

(Rompiendo el hechizo)



Capa caída en el bosque. Pequeño gran ser, de espíritu de melodía. En la casa de antigüedades juega Hitchcock, mi alter ego la atiende, con una ropa sobria, entre sombras y olores viejos, se luce hablando de estatuillas persas. Le gusta mas no vender; pero si conservar. Al fin y al cabo, de eso se trata lo que le permite ser a algo antiguo, su “conservación”.

Es la primera vez que me pasa al revés, vi la película y quede en reflexión un mes, cuando leí la novela de Daphne du Maurier, me decepcionó hasta el vomito. Me quedo con el flash-back. Comprendo a Maxim De Winter es un tipo que se sabe perdonar, aunque lo persigan las naturalezas muertas. Una historia que me deja el sabor a ausencias. Ausencia de la protagonista que da nombre a la película, ausencia de nombres, y ausencia de cualquier elemento espectral en una historia de fantasmas. Por si todavía no sacaron el nombre de esta dimensión filosófica-fílmica, paso a mencionarlo en la próxima oración. “Rebecca” es, a su manera una historia de fantasmas, pero no de esos con sábana bordada a juego y bola de condenado. Los fantasmas de Rebecca se resumen en “el pasado”. Un pasado que no se refleja en una foto (de nuevo la ausencia de imágenes) sino en un nombre que aparece en la tapa de una agenda, en la conversación de un extraño, en la mente de todos y cada uno de los protagonistas: Rebecca.

Por otro lado Mrs. Danvers, el ama de llaves, basta una mirada de ella para que todo se oscurezca. No estamos, realmente, ante un malo “al uso”. La de ella es una maldad enfermiza, irritante, imposible de evitar porque su materialización se hace mediante el dolor del recuerdo y el daño que éste provoca en el presente. Sin duda, ella es el fantasma de “Rebecca”. La presencia (o ausencia) de Rebecca son los elementos que usa el director para lograr en el espectador una sensación de agobio inigualable, pero lo mejor es que lo consigue.

En fin, un clásico indispensable que debería estar en cualquier videoteca del que alguna vez se le ocurrió escribir.



miércoles, 15 de abril de 2009

Tristeza rupestre

1

El viento va, el viento viene,
ésta pintada aquí, está pintada allá.
Amigo de lo perdido. Acecho.


2

Me sepulto en mi lengua,
me condeno en lo dicho. Acritud.
Desperdicio de un tiempo.


3

Onironauta, quizás ella. Flota.
Me tenés que cuidar, diciéndome,
qué ves en los sueños. Los destinos.

4

Confesiones de ermitaño. Luz en tus mejillas.
Amiga en el impacto. Sexología,
beso de estrella fugaz. Des-ubicación.

5

Sin corpiño, la pequeña madre, danza.
Indestino baile en un século, rapsodias.
Amilanado en tu lecho me gustaría estar.

6

El espíritu del mal habla. Iris hiriente.
China. Muralla. Amague. Vos.
Nacimiento. Atraganta, el nudo del desenlace.

lunes, 13 de abril de 2009

Cuarto menguante

Una bomba de tiempo.

En el desierto sordo de la noche, se escucho un eco sepulcral, de un amor difunto: “No sos lo que parecés, sos mucho menos” Especialista en las anatomías de mis malas contestaciones innecesarias, aquella vez poso el disparo de su flecha, certero, en mi corazón de tiro al blanco una vez mas.

Tu droga hizo esto. Será por que quizás de las manos originarias de las que vino no sean las tuyas. Solo hipótesis. Pero trajo recuerdos. Mística.

Agachado en un rincón inconcluso, no muestro la negación del padre. Me luzco como un niño con juguete nuevo. Tropel de inquisiciones para una hoguera con demasiado fuego. La energía que se “interpone” no es la buena; la buena es la se “impone”. Una solucion roja en un frasco negro, qué color se ve primero. Sueños intrépidos de blasfemias confianzas. El don de la adivinación. Olfato. No es para lucirse, esos sobrecitos lo despidieron a penas salieron de su reposo: perfume. Sangre. Pacto. Mensajes. Besos. Fetichista obligado poseo un orgasmo olfateando pequeños sobres de papel. Sana enfermedad. Nunca se escribe por obligación, aunque no se pueda escribir nada. El capricho sigue en pie, decantar a lo Darwin, los ojos y con mucho dolor la boca, y luego los oídos. Schopenhauer dijo: “Si el hombre estaría destinado a pensar, no tendría oídos” Alguien duda de mis conocimientos; yo también. Yo primero.

Un filósofo del medioevo dijo: “La memoria navega entre el olvido y el recuerdo” Una lagrima grande como un cocodrilo se poso en tu mejilla cuando te dije: “Cree lo que quieras creer” Tu sonrisa cínica seguía inmutable a cualquier ataque, ahí, en tu rostro. Ya que estamos, otro del medioevo dijo: “Sé lo que es el tiempo, pero no lo puedo explicar” Adentro mío ahora esta lloviendo, lo sé por los relámpagos en mis ojos celosos. Mimesis. Sucedáneos. La investigación también mi inspira. El problema, así como la solución, es que escribo. Dosis de encantamiento al roce, miradas idas. Metrónomo en la escritura. Leo un cuento de otro mundo; atleta del sentido: Yo como tus letras. Los puntos y aparte no permiten la mezcla, son abismos. Nunca se compara: solo se escribe. Desperdicio de un abecedario en nombres extraños, apodos-pinche que reconocen “al rondador”. Patrón de conducta, escapar. La cuerda en tu mano, un nudo placer. Mis manos, se llaman “manos” en tu cuerpo. Un romanticismo salvaje, semillas escupidas, potencia y acto. Despertado del sueño, siempre conservo la vigilia.

Ya no sé quien soy, al menos hoy.

domingo, 12 de abril de 2009

Un Lobo que escribe

Una demencial danza que nace cada noche. Peloponeso griego. Sacrificio de un niño, instituido por Licaón, rey mitológico de Arcadia, transformado en Lobo por Zeus.
Un Lobo está rígido. Un Lobo dominante puede mirar fija y penetrantemente a uno sumiso. Un Lobo asustado trata de hacer que su cuerpo parezca pequeño. Los Grandes Lobos, son aquéllos que están en contacto con los Antiguos. El Lobo no puede romper las leyes establecidas por las tradiciones ancestrales (entre ellas la de nunca relacionarse con los humanos). El miedo hace que el Lobo se vea más grande. Solidario en la nieve olfatea. Perseguidor de huellas y tufos. El reino de la necesidad no conoce moral.
Se ha perdido una niña en mí bosque, algún animal en mí la habrá violado, viene la noche a imponer su grave manto, en la oscuridad el miedo se alimenta de éxtasis, hay sombras eróticas, hay sendas, en el vientre de mí bosque resta un cuerpo desnudo, maltratado de tanto amor, un cuerpo blanco con manchas violetas. Hay un Lobo solitario, enloquecido, que se guarece en lo más oscuro. La gente en cuanto puede, comenta, especula, trazan retratos robots en el aire del Lobo salido de la manada, expresan su pena por él, mientras sus temores se esconden entre sus ropas, el morbo se dilata, la sangre se contrae. Soy cuando quiero una bestia, de dientes largos. Habrá una vez más de seguro, una nueva batida contra mí, y ahí estarán los enemigos, enemigas, familiares, hermanos espirituales, exs, compañeros de estudio, de trabajo, soldados, vigilantes, policías, vecinos con armas... lo que quieras, y pisarán la hierba verde de mis prados, los hostiles senderos retorcidos de mi corazón, buscarán, más será para ellos como buscar un pañuelo de seda en medio de una tormenta. La ventisca, el furor, lo salvaje, quién sabe a donde me han llevado, en que rincón me quede agazapado, deleitándome con tu pequeño cuerpo...

miércoles, 8 de abril de 2009

Sumergido en la situación

Ayer cuando salí a buscar precios con Tasmanico, se me ocurrió de la nada en el medio de la conversación la primer frase que después me sonó a revelación: “Hasta que se demuestra lo contrario, todos somos amigos” salio casi escupida. Me dejo pensando. Después mas tarde en el club, como mi amor al lado, otra vez de manera espontánea, surge la segunda “frase”, que luego quedaría retumbando en mis pensamientos con gusto a una nueva revelación: “El problema de tratar con gente que escribe, es que en cualquier momento, te mandan o se mandan cualquiera” Otra que salio flotando y quedo en el aire, pero después se empezó a enraizar en un eco en mi cabeza el cual ameritaba más que un análisis. Me estudio a mí mismo, me disecciono, me compagino. Un oráculo que se posa rezongón en mi boca, una estructura psicológica y un desliz inconsciente.

Si me equivoco en la necesidad de compartir, perdón por mi confianza. Que hermosa que es tu inconciencia, creo que sabe elegir, es jugada, traviesa, es “lo que siente”. Gracias por compartirla conmigo. Tu presencia hace que cree monumentos de suspiros. Voy a escribir poquito, por que tengo mucho para decir, aunque a veces se guarde, siguen siendo cosas hechas para “decir”. A la vuelta de tuerca se le gasto la rosca, y los besos prohibidos asoman desde lo necesario. Escuchar un “Soltame” de tu boca aunque sea en broma, me pone alerta y complejiza mis sentidos, mis sentimientos.

Me derramo por el suelo ante tu ausencia, me desintegro en tu perfume. Me rearmo en tus dichos-caricias, y repto en tus decisiones. Qué será de mí. Qué será de vos. Qué seremos. A veces miro el reloj y pienso cuanto tiempo mas nos quedara para estar juntos. Cierro lo ojos, los abro, y el reloj quedo detenido. No estoy soñando, eso me indica un camino, una trascendencia.

Revancha.

Omofagia.

martes, 7 de abril de 2009

La abeja y el lobo

Introducción a modo natural



La Apis mellifera, como todos los insectos, tiene el cuerpo dividido en cabeza, tórax y abdomen, tienen 6 patas; su cuerpo tiene pelos plumosos; tienen un aguijón, estatura diminuta de 1 mm a 5 cm. La abeja pertenece a la familia de los himenópteros, (del griego himen = membrana), insectos de alas translúcidas y membranosas. No pueden ver el color rojo como los seres humanos y distinguen el amarillo con mayor nitidez y el ultravioleta que nosotros no vemos. Son animales sociales, organizadas para desempeñar un trabajo definido: La reina (es la única fértil), obreras (colectan el néctar de las flores y trabajan arduamente, construyen celdillas hexagonales de cera que sirven para almacenar miel y alojar huevos y larvas que cuidan con gran esmero), y los zánganos (no trabajan y fecundizan a la reina). Su habitad es terrestre. Toda la información esencial a la organización de la colmena proviene de secreciones químicas, las feromonas, segregadas por la reina pero también por las obreras. Se trata de sustancias mensajeras que circulan de una a otra a través de la boca y de las antenas y de las que sacan toda la información. La utilidad del aguijón de la abeja es a su modo, exactamente igual a la de los pelos picantes de las ortigas. El aguijón es un tubo finísimo y muy agudo por el cual, al picar la abeja, pasa una gota de materia venenosa. Las abejas que pican son las obreras, es decir, las que trabajan en las colmenas. Sucede lo mismo con las avispas. Estos insectos pueden picar tan sólo una vez, pues la punta que tanto nos molesta, al ser picados, no puede separarse del aguijón, que, al clavarlo, se desprende del cuerpo del animal, por cuya causa queda el insecto tan lastimado que no tarda en morir. En consecuencia, la abeja pica solamente cuando se ve en situación desesperada. Este caso de la picadura de la abeja es verdaderamente interesante. La abeja tiene, pues, para su defensa, un arma que sólo puede manejar con resultado si se causa la muerte a sí misma, y que más que arma ofensiva es defensiva y utilizable sólo en casos de extrema necesidad.





El Canis lupus, mide entre uno y dos metros y su color puede ser de blanco a negro, con combinaciones de oro, marrón y rojizo. Los colmillos de un lobo puede medir hasta 6 cm. de largo. El Canis lupus es uno de las especies más antiguas de la tierra - lleva más de 100.000 años viviendo en este mundo. Antes vivía en la mayor parte del hemisferio norte y, aparte del ser humano, el lobo ha sido el mamífero más extendido en el mundo durante toda la historia. Los lobos son animales muy sociables. Viven, viajan y cazan en grupos muy organizados, normalmente de 6 a 12 animales. Cada grupo tiene una pareja dominante cuyo macho domina a los machos, y la hembra a las demás hembras. La pareja dominante suelen ser los únicos del grupo que tengan cachorros. Los lobos tienen diversas formas para comunicarse a través de aullidos, gruñidos, ladridos, olor y lenguaje corporal. Utilizan la cola para transmitir fuerza, sumisión, agresión y miedo. Los lobos utilizan sus aullidos para anunciar su presencia y advertir a intrusos. También los miembros del grupo aúllan para localizarse uno a otro cuando están lejos. La pareja alfa tiene mas libertad social que el resto de los lobos de la manada, pero no son "lideres" en el sentido que las personas pueden pensar sobre ellos. No dan órdenes a los demás lobos. Los alfas simplemente tienen más libertad de elegir a donde quieren ir y que es lo que quieren hacer, y el resto de la manada usualmente solo los siguen. En manadas más grandes, pueden haber betas que son el segundo al mando de los alfa, y el rango omega, que es el rango mas bajo del grupo. Mientras que muchas parejas son monógamos entre ellos, hay sus excepciones. Un lobo alfa puede preferir hacer pareja con otro animal de más bajo rango. Los lobos, tampoco son parejas "para toda la vida". La muerte de un alfa no afecta la condición del otro alfa, el cual usualmente solo toma a otra pareja. El orden de los rangos es establecido y mantenido a través de una serie de rituales de pelea, lucha y de posturas que son mejor descritas como rituales de presunción. Los lobos prefieren la batalla o guerra psicológica a tener que realmente pelear y la situación de un alto rango esta basado más en la personalidad o actitud que en el tamaño o la fuerza. El poseedor de ese rango y de como lo demuestra varia ampliamente entre manadas y entre cada individuo.



Despliegue de la idea en “escrito”



Miel encajonada, colores. Mi pasado lo pensé en caliente y en frío, ahora estoy templado. Posturas inquietas que condenan espacios que no apropiamos por miedos e intereses. Me baila en círculo tu condición dentro de un gruñido sordo. ¿Estás bien?, Sí. Primera mentira sana. Estás raro. La rareza se me contagia como un bostezo. Percibo. Lo onírico no es gracioso, es el otro “aspecto” de las cuestiones. Soy mía, pero me presto a vos. Excelente, ahora me meto ahí. Cuando uno presta automáticamente resta pertenencia, y eso no esta mal. Cuando uno presta algo a otro es por que confía en que se devuelva lo prestado, cuando uno presta quiere compartir algo. Hay gente a la cual no les gusta tomar cosas prestadas, en más, preferirían morir antes que tomar o pedir algo prestado. ¿Orgullo? ¿Vanidad? ¿Respeto hacia uno mismo? ¿Respeto hacia el otro? Podría ser por esos motivos u otros aun indescifrables para los que “prestan”. La estepa se presta a la manada, así como alguien se presta a la muerte si es necesaria. Diminuto es mi nombre, y se posa en un boca no toxica. “Disculpame, pero me río de los nervios”, no entiendo es una situación de muerte y te reís. Invasión de demonios, el demonio es lo que es, y además es irónico, sarcásticoindefectiblementeirónico. No te deja tranquilo, te pone a prueba. Sabiduría y paciencia.

La abeja conversa con el lobo entrenando oídos. El lobo queda cabizbajo ya olfateo “la rareza”, “el día distinto”. Se funden en una cuarta vez contada como el número inexistente. Nací sensible y ciclotímico. De seguro, la otra parte, “reina”. Schopenhauer, saca a la razón del trono que venia ocupando hace muchos años, y sienta en su lugar a “la voluntad”. Interesante para tener en cuenta. No quiero que sean razonables conmigo, eso me suena a “más distancia” y no sé si soportaría más de eso. O quizás implique un mayor “cuidado en ciertas cosas” y ese cuidado condene nuestra libertad de sentimientos incontrolables. Pero está bien, el ser humano necesita “razonar”.

Te dejaron pensando, dudando, desconfiando. Eso no es malo, según como lo tomes, según como lo manipules.

28/02/09.

No me busquen si no saben encontrarme.

Pablo.

Inquieto.

lunes, 6 de abril de 2009

Al maestro con cariño

La vida, enseña Schopenhauer, es dolor. Esto no es condenarse a la derrota; habría una solución que se expresaría en la necesidad de anular en nosotros la voluntad de vivir. El dolor es algo positivo, algo cuya presencia percibimos y soportamos; y la felicidad va a consistir en la ausencia de la presencia del dolor. Podríamos entender la ausencia del dolor como la experimentación en nosotros de haber anulado la necesidad de querer más. En el fondo Schopenhauer quiere enseñarnos lo que se contiene en el pasaje evangélico en el que Cristo dice a la mujer que va por agua a la fuente que si ella bebe del agua que él le ofrece ya no volverá a sentir más sed. A Schopenhauer de lo que ciertamente se le puede acusar es de conservador. En efecto, la consideración de la felicidad como algo negativo es un movimiento defensivo. Se trata de refugiarse, pertrecharse ante los innumerables males de la vida, pero este conservadurismo es lo que queda como única alternativa de felicidad. Pretender la felicidad positiva es abocarse a una dependencia dolorosa de los avatares y circunstancias externas, es decir, es condenarse a beber eternamente el agua de la fuente a por la que iba la mujer del evangelio.
Para Schopenhauer, querer significa desear, y el deseo implica ausencia de lo que se desea. Deseo es falta, deficiencia, indigencia, por tanto dolor. La vida se lanza a un esfuerzo constante para vencer al dolor, esfuerzo que resulta vano en el momento en que alcanza su término. La satisfacción del deseo y de la necesidad origina un nuevo deseo o necesidad, de modo que esa satisfacción nunca tiene carácter definido y positivo: el placer es cese de dolor, y por tanto un estado negativo y pasajero. La liberación de la irracionalidad y la ceguera sólo es posible a través del arte (estado estético). La experiencia estética es, no obstante, sólo una liberación momentánea del dolor, el tedio y la insatisfacción de vivir.

domingo, 5 de abril de 2009

Payaso huraño

payaso, sa.



(Del it. pagliaccio).



1. adj. Dicho de una persona: De poca seriedad, propensa a hacer reír con sus dichos o hechos.



2. adj. C. Rica. Se dice del artista ambulante enmascarado que debuta en las mojigangas.



3. m. y f. Artista de circo que hace de gracioso, con traje, ademanes, dichos y gestos apropiados



huraño, ña.



(Del lat. foranĕus, forastero, con infl. de hurón).



Adj. Que huye y se esconde de las gentes.





Ecologista del sentido. Microscopio en la situación.

Enredo matutino. Pesadilla grotesca. Ganas de matar.

La verdad discreta. La mentira en la punta de la lengua.

Perfume manual, curvas hechiceras. Dominio imaginario.

Látex y sufijos, tristeza por demasiada comprensión.

Hipérbole de un miembro. Forastero del deseo animal.

Las drogas del sueño.

En China aparecen las mujeres-wo,

mujeres chamanas que podían volverse invisibles,

se dejaban arrebatar por una nube que brillaba

como abrasada por el relámpago. Hablaban el lenguaje

de los espíritus.

Dioniso es el gran viento que danzando crea el teatro,

y la adivinación es otro de los atributos de este dios alocado

y arrasador. Dioniso es “el frenético” y “el demente”, y

también “el liberador”, “el multiforme”, el que castiga con la locura. Dioniso, dios alucinógeno, ambiguo. Dioniso, Bromio, Baco, Yako el de los mil nombres, dios de los bosques, se convierte en lobo, toro, león, pantera, jabalí, serpiente, oso, enmascarado… se convierte en árbol, fuego o agua… se enamora.

Se pierde.