miércoles, 18 de febrero de 2009

Intermezzo

Vertiente de cascada en sintaxis. La vuelta tuerca. La vanidad mostrada, una grasa irrecuperable de Baco ebrio y libre. Capa de lluvia en el camino interno, sombrilla publicitaria en simbiosis externas. La nueva puerta cerrada. Abierta. Ensueño de vago y suspiros de banquetes. La vulva, chicle de mal gusto que depositaste en mis fauces. Egoísta intrépida. Collage de escritos, un sorteo a desgano que desbolilla un temario tosco y huraño, pero rápido, hijo del relámpago. Toqué tu entrepierna y estaba mojada, al llevar mi mano a la nariz descubrí lo que quedaba de tu inocencia. Perfume y jabón, y allá a lo lejos casi imperceptible, mi olfato registro el olor de tu alma que cayo en mi desgracia. Cuerpo soberbio que acomoda todas sus articulaciones para el placer, dirige su movimiento. Cuerpo que quiere mi sangre.

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