domingo, 27 de julio de 2008

La flor negra

Todo comenzó cuando recibí ese regalo. Bajo un nombre falso. Por la tanto anónimo.

Nunca recibí ningún regalo en mi domicilio, salvo alguna promoción funesta de algún producto considerado “útil”. Esto fue distinto. Un correo para mí. Un embalaje extraño. Un nombre falso. Este envoltorio contenía una flor negra. Buscar un significado a este regalo fue extraño para mi, se presento como un tarea, que comenzó con un sonrisa y termino en una desagracia. Abrí el paquete y leí su tarjeta, decía: “Tu negra: Flor”. Del otro lado la dedicación: “No hay mal que por bien no venga”. Claro sí, sonaba gracioso. No, era ambiguo, lo supe desde el principio.

Descifrar este obsequio, su mensaje, interpretar su simbolismo directo e indirecto, empezó consumir mis complejos días. Me turbaba mirar su forma física, me desconstruia comprender su esencia. La idea surgió como retórica falsa de pensamientos, una erística digna de alabar. No dormir para descifrar el acertijo. Tarea ardua y comprometida. ¿Qué decirle a este obsequio? Ya que la mayoría de las veces las palabras no sirven. ¿Qué comunicarle, desde un planeta extraño? Mis ojos se resecaron, me ponía un gel pupilar compuesto para mantenerlos en plasmas de embrión.

Quedé momificado, entumecido, desorbitando al ojo. Secos mis labios en el desierto de mi boca. Electrónicamente intermitente, contemplando la hermosa flor negra.

2 comentarios:

juan borges dijo...

pablo te pido disculpas si fuy un poco duro, solo fue un intercambio de ideas y vos sabes que aveces uno es un poco apasionado en estas cosas ideologicas,yo trato de defender a capa y espada aquello en lo que creo..

un abrazo y todo bien con vos.

Quiqué Buñuelos dijo...

pablo!!! decime ké kería decir la flor negra...de kién venía!!! ke intriga carajo!!!