miércoles, 28 de septiembre de 2011

Sin categorías

La cuestión se esta tornando bastante jodida. Compleja. Las palabras, el lenguaje, la escritura, no alcanzan para explicar el contenido dándole forma. Vos, te acomodás en la cama y te abrís de piernas. Yo pienso en la eternidad, en el infinito. Quizás esa sea la distancia que en el fondo realmente nos separa: Infinita.
Con el cerebro chamuscado por el desconsuelo repto mis manos por tu extraño cuerpo. Me des-limito. La aprehensión y su pedagogía. Explíco buceo abisal. Inexisto. Voy a componer tu formula para extraer el antídoto.  Que todo siga así, tan despacio que parezca veloz. Tu desintegración florece en tus escondites. Extraño tus mentiras; y pensar que era lo que más odiaba. Ojalá trates bien a tu mundo, si es que te dejan hacerlo, si es que no se intrometen parentales en el. Todo me costará el doble pero vuelvo a desintegrarme cuando creo ver tu imagen. Que hermoso amor, sin categorías, despiadado, salvaje. Impregnado de pura vida.
Cabalgá tranquila, que el jinete del Apocalipsis esta de mi lado.



“La ofensa más atroz que se puede inferir al hombre es negarle que sufra”.

 Cesare Pavese

2 comentarios:

May dijo...

Ay ay ay! ten terrible que me quita las palabras!

Pablo Distinto dijo...

May!