jueves, 4 de agosto de 2011

Cogicidio

Abrir las piernas al voleo. Comerte un virus inocente. Nada esta mal. Caperucita falsa que amaestra Lobos. Yo no aparento, muestro lo que soy. Feo, sucio, roto. Anónimo iluso que navega en terrenos desconocidos. Escrache público de tu droga en la nariz. Vagina deforme. Ausencia de caderas, en un desierto de maquillaje de circo. El cuerpo no ayuda a unos limones inmaduros. Leche, con chocolate. Bajarse el pantalón y encontrar la rutina. Desconciertos de tamaños anidaran en tus espacios. Limbo de truchas. Identidad falsa que siembra lástima y tristeza. Felicidad ficticia de la cual ni Dios te salva. Pedirías permiso para masturbarte en el baño. Es cuestión de costumbres. Papa y Mama, cogen a escondidas, me lo hacen “prohibido”. Una muñeca  que si pudiese hasta sería snuff. Objeto por Sujeto, trueque invalido para la mente del asesino intelectual. Sexo oral: Hablar sin parar. Esquivar tu aroma, que se pudre en tu Padre y se consagra en tu Madre. Una falsedad elitista congrega a la familia, todos los domingos a la misma hora.


Lucas 23,34:
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”

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