martes, 9 de marzo de 2010

La antesala

Tu sonrisa acomodada me da vergüenza ajena. Tu insistencia de distancia me aleja de mi mismo. Me duele más a mí que a todos que no entiendas lo que es “perder”. Tanto esperar para mostrarme tu desinterés. Es todo mentira, tus fotos, tus gestos, tus vestidos. El resumen de una vida se dilata en mis ojos. Sometimiento. Sometimiento. Sometimiento. Todavía hacen experimentos con hijos. Tu libertad es la mentira más grande que conocí en mi vida. De bronca a lastima extrema. De impotencia a psicosis. ¿Tanto vale el tiempo de un amigo? Quedar ciego de sentimiento, desesperación de espacios, de momentos propios sin control, sin espías. Todo el veneno gratuito de un mal sentir, de un mal accionar, será para vos, el antídoto esta en tus ganas de enfrentar tu humanidad tal cual es. Es como pegarle a un perro. El que se siente fuerte, seguro, teniendo a alguien a quien mandar, a alguien a quien denigrar por estar podrido por dentro, por estar disconforme con su elección de vida, es el peor de los enemigos, es el deshumanizado, el peor de todos, esa persona tendría que tener prohibida la entrada a todas la iglesias del universo (ironía indiscreta). Mi caminar se inunda de tu ausencia. La furia reprimida es por tu impotencia, luego es derramada sobre mí como lava psicológica. Trauma radiográfico. El que agarre la sortija tendrá una vuelta mas, guardo copias de sortijas, como llaves extraviadas. Voy derritiendo el sentido como un incauto de pensamientos. Apodo incorrecto, para un nombre de resuene. Quiero errar en predicciones. Quiero oler otro aroma. Quiero que alguna vez me escuches realmente, cuando me siento en la antesala.

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