jueves, 29 de septiembre de 2011

Tenías una cuestión maternal

Aconsejarme que lleve un buso, por que de seguro más tarde está fresco. Limpiarme con un dedo de tu pequeña mano un resto de algún aderezo que había quedado en la comisura de mi boca mientras comíamos panchos. Peinar mi pelo de recién levantado, con tu cara y ojos de espejos, mientras hacíamos la cola en el supermercado. Arreglarme la capucha  antes de salir. Acomodarme la bufanda, para que no tome frío en el cuello y no me enferme, mientras besabas mi mejilla, y tu perfume me dejaba inconsciente. Prepararme el matecosido con cinco de azúcar. Leer mis escritos con cara de “madre que piensa en lo pícaro e inteligente que es este chico”. Complacer mis caprichos. Mimarme en público. Llorar conmigo, con mis tristezas, mis defraudaciones. Acampar en mi desilusión y ponerme una sonrisa. Aguantar mi rollo. Demostrar tu fuerza implacable. Acunarme en tus brazos. Consolarme como a un niño, cuando lloraba a los gritos,  sintiéndome como una de tantas veces ajeno a este mundo.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Sin categorías

La cuestión se esta tornando bastante jodida. Compleja. Las palabras, el lenguaje, la escritura, no alcanzan para explicar el contenido dándole forma. Vos, te acomodás en la cama y te abrís de piernas. Yo pienso en la eternidad, en el infinito. Quizás esa sea la distancia que en el fondo realmente nos separa: Infinita.
Con el cerebro chamuscado por el desconsuelo repto mis manos por tu extraño cuerpo. Me des-limito. La aprehensión y su pedagogía. Explíco buceo abisal. Inexisto. Voy a componer tu formula para extraer el antídoto.  Que todo siga así, tan despacio que parezca veloz. Tu desintegración florece en tus escondites. Extraño tus mentiras; y pensar que era lo que más odiaba. Ojalá trates bien a tu mundo, si es que te dejan hacerlo, si es que no se intrometen parentales en el. Todo me costará el doble pero vuelvo a desintegrarme cuando creo ver tu imagen. Que hermoso amor, sin categorías, despiadado, salvaje. Impregnado de pura vida.
Cabalgá tranquila, que el jinete del Apocalipsis esta de mi lado.



“La ofensa más atroz que se puede inferir al hombre es negarle que sufra”.

 Cesare Pavese

lunes, 19 de septiembre de 2011

Vos te encontraste, vos te perdiste

"Después de lo que me has hecho, de seguro mujer, tú pasaste a ser la número ciento cuarenta y cinco mil. Quedaste fuera."

"Luego miré, y apareció el Cordero. Estaba de pie sobre el monte Sión, en compañía de ciento cuarenta y cuatro mil personas que llevaban escrito en la frente el nombre del Cordero y de su Padre. Oí un sonido que venía del cielo, como el estruendo de una catarata y el retumbar de un gran trueno. El sonido se parecía al de músicos que tañen sus arpas. Y cantaban un himno nuevo delante del trono y delante de los cuatro seres vivientes y de los ancianos. Nadie podía aprender aquel himno, aparte de los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados de la tierra. Éstos se mantuvieron puros, sin contaminarse con ritos sexuales. Son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Fueron rescatados como los primeros frutos de la humanidad para Dios y el Cordero. No se encontró mentira alguna en su boca, pues son intachables." 
(Apocalipsis 14:1-5).

viernes, 16 de septiembre de 2011

Aconitum

Mi muerte declarada. Maldad en tu naturaleza. Mis suspiros animales, se transforman en agonía. Lamento de carnívoro, en pesadilla herbívora.  Acosado por el invierno desintegrador caí en tu trampa. Rapé del diablo. Mis ojos amarillos en la oscuridad se desvanecen en una huida. Cerbero te trajo a la superficie, y yo lloro sus consecuencias. Vos también en algún momento fuiste mi Teofrasto; mi condena. Aconitina, y mi corazón quedo temblando más de lo debido. Vos me pusiste eso en alguna bebida, en partes de tu saliva. Acción rápida de tu señuelo como amor, para esta fiera en agonía. Pactemos el final. Con un solo rasguño mío, podrás ver lo que yo veo. Estás del lado equivocado.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Tu potencia

Catay. Desparpajo de mal usos. Objeto que subjetiva reacciones.
El argot críptico simbolizando tu estadía en los infiernos.
Mi Liber Linteus desangra su código en tu astucia chispeante.
Los arúspices inspeccionan mis entrañas de Lobo. La enfermedad es la cura. Vida de ultratumba para tu energía desperdiciada. En remojo dejá tus ojos, por que ya no sé si lloraban la despedida o la bienvenida. Olfato de entrepierna. Sudor de limón. En punta de pies… salvabas al mundo.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Autocongelado


Ayer recordé que todavía te amo. Que siento cosas por vos. Delirio tu imagen en cualquier lado. Corro estúpido y nervioso para no perder ni un milímetro de tu supuesta aroma. Estoy en coma sentimental. Giro como el mundo. También repto. Una agonía más para el de este mundo. Más allá irán mis pensamientos. Patología declarada: inconformismo. Escalofríos constantes. Voy perdiendo el alma de a pedazos. Me autocongelo. Trato de durar.