viernes, 14 de octubre de 2011

Descanso en mi gruta

La mañana llega y los perros abonan la tierra en una pose equilibrista. Yo los miro y me despreocupo como ellos. Me falta un colmillo y hacemos equivalencia de andanzas. Vuelvo solo otra vez con la madrugada a cuestas. Pienso en todo lo que no debería pensar y trato de esquivar mi nudo gargantal. Hay Luna llena eterna desde la ventana de tu cuarto. Perfumes de cabellos se intrometen en mis pertenencias. Todo se disloca en el conjunto de tus emociones. Un brutal llamado, ancestral. Voy a calibrar la concepción de lo indecible descolgando cuadros de mi colección de lenguajes. Voy a sufrir una vez más una ausencia, y a escupir una verdad trucada. Descanso de rodillas sin plegarias de flujos que rocen mis labios.  Intentando terminar un escrito que me asfixia, me oxigeno tendido en mis pensamientos que me concretan como en una nube. En mi mundo aparecen los pequeños espacios donde ubicas tus falsos lamentos. Espero que esta desorientación sirva de ordenamiento para el pensar instintivo. La maquina de la mentira se había apoderado de vos. Pero Federico el bigotudo explica que la verdad, por un lado, no es más que el producto del acuerdo de los miembros de una sociedad para designar de forma uniforme la realidad, para acotar una serie de significados comunes. Por ello tiene un sentido moral. Por otro, para Federico "el bigote" no es más que una ilusión que no nos dice como son las cosas, sino que nos sirve para poder sobrevivir. Es una ficción útil fruto de la capacidad artística del ser humano. Hacías teatro, eras actriz, hacías danza… Eras Dionisiaca, Nietzscheana, pero no la sabias, hasta que mi linterna encandiló tus ojos. No hullas de tu todo y de tu nada, no fracciones este destino. Cuando pase, si es que vuelve, tu macabra y artística inocencia, yo, estaré descansando en mi gruta.

2 comentarios:

May dijo...

Ay! Pablo...tan terrible...tan Muy y muy Tan!

Eleuteria Niemand. dijo...

Descansa, pero no esperes.

Saludos, Pablo Terrible, :).