viernes, 19 de junio de 2009

De la mano de la Filosofía.

Las diversas maneras de interpretar la realidad no se fueron instalando ni desapareciendo como un cambio en la hora oficial, en cierta fecha en cierto momento, sino que coexisten pueblos con diversos modelos. En realidad, esa coexistencia se observa hasta en una misma persona: un empresario puede ser rigurosamente ateo cuando niega un aumento a sus obreros, y profundamente creyente cuando lo llevan en una camilla rumbo al quirófano para que le practiquen un cortocircuito coronario. La segunda aclaración es que la eficacia de un modelo interpretativo depende de su concordancia con la realidad.

De la mano de la filosofía comprendí, que la conciencia, empezó a aparecer hace apenas unos 40 o 60 mil años, es decir nada en escala biológica. Pero ojo, no se puede negar que influyo notablemente en la evolución de alguna especies, fundamentalmente la Homo sapiens.

Ya en posesión de una conciencia, el ser humano empezó a utilizarla para interpretar la realidad y los modelos mentales que iba construyendo sobre esa realidad. En un primer momento, podía atrapar una piedra porque no se mueve per se, pero no una rana porque tiene motu propio y se escapa. Se podría decir que de aquí proviene una primera y supuesta "clasificación": Hay cosas que tienen ánima y cosas que no, y llamó a las primeras "animales".

La filosofía, en efecto, no sirve para (y no de) nada. Y justamente ese es su gran mérito, ya que lo que sirve es siempre un medio para acceder a otra cosa y no un fin en sí mismo o algo que se busque per se. Pero este medio, para el "acceder" esta repleto de acción y praxis, en donde la realidad de la filosofía se hace mas que "mecánica", es un gran motor que genera desde el pensamiento el "accionar maestro".

El ser humano es un ser teórico-práctico: no se puede amputar. Para que su acción le satisfaga ha de ser fruto de una buena teoría. No hay nada más práctico que una buena teoría, es decir, una buena ciencia de porqués últimos. Ganar dinero es un porqué inmediato. Pero no es un porqué último. Por eso no podemos evitar la pregunta: ¿Por qué ganar dinero? aunque sepa mucha matemática, historia, biología, medicina, paleontología, economía, etc., no me conozco, es decir, soy un desconocido para mí mismo; y no sé siquiera para qué hago todo lo que hago. Necesito saber no sólo simplemente para saber, sino saber para qué sirve el saber. ¿Qué hago, qué voy a hacer conmigo mismo, con lo que sé y lo que puedo hacer?

Sólo el pensamiento filosófico puede responder a la pregunta por el sentido del vivir.

Por eso cabe adelantar que la Filosofía es lo más vital que existe. “Vivir no es necesario, navegar sí”, rezaba una inscripción en una nave griega. Consideraban que hay algo más importante que vivir: navegar, porque de la navegación dependía su riqueza y su poder. También se dice: primum vivere, deinde philosophare. Sí, para filosofar es necesario primero vivir. Pero para vivir conforme a la categoría y dignidad del ser humano es necesario saber por qué vivir y cómo conviene vivir dentro de las diversas opciones que se me presentan. Por eso, estimados amigos, yo, sigo navegando de la mano de la filosofía.

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