lunes, 24 de noviembre de 2008

Mi voltaje

Muchos intentan escribir el sexo, se hacen pornógrafos de sus propias aventuras. Pero nadie podría contar la travesía de mi cuerpo con el tuyo. Muchos destruyen la sutileza con burdas declaraciones sobre un momento subliminal. Nadie podría insinuar tus labios entre abiertos en la tarde tormentosa. Tus manos en el marco de la ventana, dándome la espalda, mirando el jardín que se humedece por un clima caprichoso, que levanta esa suave ventisca que entra en mi olfato mezclado con tu sudor. Un beso ginecológico que detecta la erística de tu sexo. Un mimo que imita caricias. En el garage de tu casa, tus calzas negras son de humor negro. La parte que elegimos del amor nos dio el envión hacia la plaga de estremecimientos. Asesinos de nuestros cuerpos resucitábamos en el rebote de una mañana. Para darle un tiempo al corazón ocupabas tu boca experta en helados amargos, yo era una cosquilla andando, un transeúnte de tus estados. Bajamos del micro con 17 cronologías encima, y la madre dice “Están pálidos y más flacos” Señora no fui a tomar sol a la costa, no pudimos ni siquiera prepara la viandita para pasar todo un día de playa, la intención siempre la tuvimos; íbamos cuando todos volvían. Es que nos dedicamos solo a conocer y experimentar con nuestros cuerpos a chuparnos hasta la cáscara. “No nos tocaron día de playa, igual la pasamos bien”. 31 días en el sur, te llevaron de prepo, para alejarte del hacedor de malos caminos. Cuando volviste lo tuvimos que hacer 31 veces en el mismo día, para compensar el tiempo perdido. Recuerdo que el gel íntimo existió siempre, se hizo popular para los jóvenes cuando vino como una cucharita, de regalo en un Serenito. La pila promiscua dio negativo. Matar tu vientre con amor, por temor, es un camino de piedra, que luego se hace arquitecto de tu supuesta madurez. La otra dice que algo que esta dentro suyo es mío; ¿y lo que ella dejo dentro de nosotros? ¿Cómo lo extinguimos? Mi ficción y tu realidad. Un paraguas más para la lluvia acida.

martes, 18 de noviembre de 2008

Delirio ventoso

Se levanto un viento de la puta madre. Santuc, Flayelot, El Mudo, y Yo debatimos la noche en tres partes: la inocencia en el fracaso, el temor en la lucha, y la locura del domingo a la mañana. Los cuatro somos sanos curtidos universitarios. “Los mosaicos llegan para las fiestas, y Don Farmacia no atiende a esta hora…”, dice Santuc, la última luciérnaga se apaga en la boca del Mudo y ahí estallamos en una risa que nos hace desacomodar las tripas. Todo va como suponemos que queremos, a todos las cuestiones nos queman por igual. Una pseudo perfección para una noche de conceptos rápidos. Sentados en el largo de la base de un persiana china revoloteamos las ideas. Quede nulo mirando como Flayelot nos volvía a mezclar una historia verdadera con datos falsos, es un maestro de esa técnica, siempre le creemos, hasta que uno se da cuenta de que es cualquiera lo que dice y lo coronamos con fabulas de risotadas. Historia de la noche reiterativa; escribiendo la realidad adecuada a mi mundo. Sin estilismo. Descajonando otros estilos ocultos. Villa del Sur Levite pomelo. Camel de 10. Caramelos Billiken yogurt. Todos estamos en un juego de limbos lenguajes, todos picaros nucleamos las uniones de un hilo des-conductor. La tentación descolora la noche. No voy a escribir la noche y el sonido del viento, por que eso está en nuestros espíritus. Así como la luna en nuestras pupilas. Sabes que cuando quiero escribo el barrio no me cuesta nada, en el forme mi segunda filosofía, que tiene mas de primeriza que de segunda, pero los tiempos no son los mismo en una que en la otra. Son sorteos de aprendizaje espontáneo. Seminarios de actitudes y sensaciones. Aullidos de la noche, en donde se comunica un solo sentido. El nuestro.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Sálvese quien pueda

Son las nueve y veintiocho de la noche, todo el barrio huele a comidas. Yo vengo caminando, como diría Juanse en Descerebrado, “desesperado sin saber quien soy” Busco el pasaporte, miro para arriba y digo “Hoy no estoy plastificado, estoy lunificado” Lunificado por siete días, que placer más natural. Un cuerpo caliente, mal curtido, siempre es impaciente, esta nervioso de flujo, ansioso de no-autosatisfacción. Yo voy perdiendo el rastro de tu hilo de baba, empezaría en mi ombligo y podría quedar estancando en una simple rotula. Dale tiempo a tu mariposa, recordé que se acostumbro al capullo y ahí me di cuenta de todo lo que te falta por andar en una soledad que te molesta. Una indirecta imprecisa para este circulo inconcluso. No me gustan las minas pesadas, no te chupan el tiempo, lo que mejor hacen es chupar otra cosa. Egoísmo de creatividad, si no te gusta, relájate. Espejo cavernícola que alimenta tu fantasía chusma, lo peor que puede existir es una fantasía chusma, intrometida ¿y por qué? ¿Y por qué? ¿Y por qué? ¿Y por qué? Por que trabajo la estepa como un lobo Alfa. Estudio, trabajo, tengo familia, amigos y amigas, te ofendes de la utilidad de mis tiempos. Aléjate. Se patriarca de tu nuevos tiempos. Los míos están agotados. Todo es posible en la estructura de la imposibilidad, la imaginación y el capricho dan una gran mano. No hay entre líneas, todo es interpretación, meras coincidencias, esa así, como diría Jack Palance presentando Ripley’s “Aunque usted no lo crea”. Elevándome, Enterrándome.

La mujer de mi vida sería la que no sabe que quiere realmente de mí. Ahora acostumbro a la costumbre y soluciono formulas de Una y de Otra, despejo la nube de orgasmos y te doy un shock realitico compuesto. Un diario íntimo es indecente, una vela en mi cuarto también. No sé que sentido nuevo edificar en letras si tu ansiedad destrona conceptos. Pensar o hablar, gran dilema. Ayer cuando daba vueltas para sacar mi numero de turno de ese aparato que parece un secador de pelos puesto al revés, pude ver que en la sala de espera dejaba once años de lujurioso trabajo intelectual, mental y físico, te esculpí a mano… pero tu paciencia, hay mujer blanca, tu paciencia era realmente una obra de arte, de la cual mi contemplación todavía deja resacas de su adicción a ella. Las cosas que se pierden de enserio no se recuperan; se aprenden.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Mundano

Arqueólogo de tu ser, excavo en busca del tesoro más preciado.

Mato una cucaracha y miles de puntitos rojos hacen su trabajo con el resto de cuerpo. Busque el significado de tu gesto que había quedado embalsamado en la sala de estar, estaba igual, inviolable al menor acto de sometimiento ajeno. No me gusta la gente inquieta, nerviosa, no me gusta la gente como yo. Te lo digo por que las dudas pueden llegar a construir un edificio en tu cabeza de la mano de mi arquitecto. Saltando de cama en cama el frió se hizo más intenso, y en un estado de hipotermia regulada, confié mis designios en tiernos falsos abrazos. Empantanada de mis vueltas, que son pequeños tornados, se disuelve una realidad que tenes que recorrer más sólida que nunca. El consejo espejo, es el mejor para el vampiro. Morocha salvaje (Amazónica, diría mi otro yo) camina sostenida por bultos estéticos que alimentan mi indulgencia. Nunca entendí el pantalón tiro bajo, nunca entendí a la moda. La cultura rock se posa en mi mano y me hace cerrar el puño para demostrar su importancia. Tengo un hijo fantasma al que no reconozco, por que nació de los Misterios de Eleusis, en un cuarto de cuatro por cuatro, con la nariz blanca y el corazón en verde. Ojala su rostro no se parezca al mío.

Ahora divagando entre el cenicero y las OCB, preparo otro pensamiento para re-escribirlo. Trato se sostener mi cabeza teniendo el cuello cortado, pero la instancias uniformes crean cristales en copas que yo, ya no bebo.

Mi espíritu errante cosecha mis fantasmas.