viernes, 8 de junio de 2012

Inaudito


Voy a ver que siento después del agotado escape hacia una inocencia que no permite la realidad. La imagen de algo que creamos desaparece como tus verdaderas ganas de ayudarme. El dibujo material esta ausente en mi tinta y nadie recupera su orgullo aullando a la luna. Un mutismo rebalsado de pensamientos esculpen mis ojos, que ya cansados de nadar en arena no quieren mirarte. Estar cansado de dolor es un combate de tristezas, todo llega demasiado profundo, se hunde desde su superficie, explica las importancias. Abrir el paracaídas de mis sueños y aterrizar en una esperanza, condena mi alma a un nuevo y extraño designio. Tengo que seguir sosteniendo una sonrisa para no derrumbar una alegría. Tengo que crear rostros alegres para un dolor nocturno. Una explosión cerebral quizás para su morada de augurios no sea nada. Tres, cuatro, cinco días sin dormir, borraran mi sonrisa, extinguirán a mis palabras y agudizará mis pensamientos. Una razón invalida que busca muletas en tus explicaciones. Búsqueda del tesoro más preciado, el cual se hundió en el mar de tu impaciencia: Comprensión y paciencia. Ignorar la gravedad de un espacio corrompido por la secuela del odio. Voy a ver que pasa, mientras nada pasa, voy quedarme así por que lo necesito. Nadie compite con sus dolores, solo los comparte cuando han escalado hasta la cima de tu cordura. No espero nada, solo una comprensiva soledad que no entenderán tus ojos.

2 comentarios:

May dijo...

uuuf! Que lindo es volver a leerlo, estimado Pablo... Que terribles sus palabras.

MiKhAiL dijo...

Interesante.