Todo sueño arrebata ideas. Yo pensaba que tu cuerpo me incorporaría, pero nunca pensé que tanto.
Voy sorteando rincones tibios y tu olor amortigua mi caída. Un beso discreto genera el terremoto. Una distancia erótica que supura un tacto de miradas inquisidoras. Una furia de epidermis. Movimientos geométricos que dibujan la secuela, que se queda en la mente para remontar otros fuegos. El vocabulario se monta en tu cadera y dibuja un lenguaje intimidatorio; se revuelca en tus plegarias. De tu mano iría al destierro si es lo que plantean tus flujos. Yo me describo en tu cuerpo, un semejante de la perdida de tiempo y espacio. Cuanta risa llena de alma se escabulle entre tus dientes para coronar un momento más junto a éste Ser de complejas manías. Pensar en tus latidos que condimentan mi pecho, en el cual anida tu furia repentina. Nada de nosotros es de ellos. Siempre recordá esto. Que poder nos ha otorgado la misma sensación que nace entre nuestros brazos cuando se escapan de ellos mismos en busca del complemento. Que lindo es adornar nuestras miradas con suspiros. Que violencia hay en tu saliva que desintegra mi psiquis. Que tortura espesa, la ausencia del otro. Fundición de ideas en un encuentro de pensamientos. ¿Qué te puedo decir que no nos prenda fuego? Un secreto más: “Vos ya sabes”.
Voy sorteando rincones tibios y tu olor amortigua mi caída. Un beso discreto genera el terremoto. Una distancia erótica que supura un tacto de miradas inquisidoras. Una furia de epidermis. Movimientos geométricos que dibujan la secuela, que se queda en la mente para remontar otros fuegos. El vocabulario se monta en tu cadera y dibuja un lenguaje intimidatorio; se revuelca en tus plegarias. De tu mano iría al destierro si es lo que plantean tus flujos. Yo me describo en tu cuerpo, un semejante de la perdida de tiempo y espacio. Cuanta risa llena de alma se escabulle entre tus dientes para coronar un momento más junto a éste Ser de complejas manías. Pensar en tus latidos que condimentan mi pecho, en el cual anida tu furia repentina. Nada de nosotros es de ellos. Siempre recordá esto. Que poder nos ha otorgado la misma sensación que nace entre nuestros brazos cuando se escapan de ellos mismos en busca del complemento. Que lindo es adornar nuestras miradas con suspiros. Que violencia hay en tu saliva que desintegra mi psiquis. Que tortura espesa, la ausencia del otro. Fundición de ideas en un encuentro de pensamientos. ¿Qué te puedo decir que no nos prenda fuego? Un secreto más: “Vos ya sabes”.