Aristóteles
lunes, 20 de julio de 2009
Enemigo
Aristóteles
jueves, 16 de julio de 2009
Sujeto tácito
lunes, 13 de julio de 2009
La poca sustancia
domingo, 12 de julio de 2009
Un estado
viernes, 10 de julio de 2009
La fuerza del cansado
Otra vez perdido. Un laberinto sin fauno.
Tanto hablan de nudos, y el mío quedo atado
a mi garganta. Desconcierto de niño pobre.
El que está atado de pies y manos, soy yo.
Dormido ya no sueño, divago en crisis.
Esculpo la paciencia, con un “no goce”,
la sucesión empieza en las mejillas.
Lágrimas. El camino esta en bajada.
Un pasillo frío con dos brasas, dos cuerpos
que titilan la necesidad y la esperanza. Delirios.
La situación histérica es generada por otros,
yo solo doy quejas de corazón herido, arrastrado.
Uno más de los tantos poemas inútiles.
La espera más larga ha llegado, y ahora
riego decisiones para que crezcan.
La fuerza del cansado tiene miedo.
miércoles, 8 de julio de 2009
Soledad genética
Sumaré al desconcierto mi sueño de gloria.
No comí nada en todo el día. No toque ni las milanesas, ni la ensalada. No tengo hambre, sigo triste desde aquel excéntrico domingo. ¿Vieron que mundano es uno cuando escribe? Le entregue mi auge económico a un demonio estratega, ahora en la ruina solo tengo amor para dar; y eso para planificar no alcanza. Una economía especulativa siempre necesita perder consistencia. Pero el deterioro del sistema es irreversible pues entraron en crisis desde las matemáticas finanzas hasta la calidad de las personas. Un mundo basura se termina. Cuando hablo de mí hablo de otro. Todo sucede en una “no levedad”, nosotros solo apaciguamos. Tratar de corregir los tiempos, lo espacios de un escrito, no modificarán su naturaleza, solo pondrá obsesión en lo inútil. Me di cuenta que nada me ofende o me enoja, solo me “duele”, las cosas me “duelen”. No sé lo que es escribir, solo lo hago. No poseo reglas, ni técnicas, no soy confesionista. Solo modifico el “sentido sentimiento” de una gran ecuación de la cual se despejará una equis situación. Voy tomando el recaudo de una garganta herida de tanto gritar. A veces me pregunto que será sentirse moralmente superior. Los conceptos morales son peores respecto a los valores absolutos. ¿Cuánto puede haber de inhumano en un sentimiento? Voy superando todas las muertes que puedo. En un escondite de perspicacia guardo aun el don de mi sonrisa. El que logre entender obtendrá más que el paraíso, el infierno. Estudiando las condiciones reales de la evolución de una relación, soy producto de una situación excepcional, y toda situación excepcional tiene como resultado primero una revolución, y luego un proceso. Cuando estás enojado no tenés que dejar solo al otro, es cuando más te necesita. Pero la soledad es genética, y ya no teme a nada, solo hace simbiosis en una compañía. Parecería que el amor te deja más solo que antes, debido a su capricho de distorsionar las cosas en “dependencia de la necesidad de lo que necesito”. El pensamiento, una tablita para flotar en el medio de este océano de nostalgia. En cuanto pueda recuperar tus sonrisas y tus tiernos gestos los embalsamaré en mi memoria y crearé la imagen de mis sueños.
Ya superaré lo conocido y lo desconocido de una soledad genética.
viernes, 3 de julio de 2009
El momento
Te doy mi libertad para que la disfrutes jugosamente en una plaza. Te doy mis suspiros más ocultos para que los tatúes en tus mejillas. Te doy mi atención, cosa que muy pocos obtienen. Te doy mi realidad para que la sueñes en tus necesidades más caprichosas. Te someto en la estructura de mi cuerpo, para que la organices en tus manos suaves, y en tus besos lujuriosos. Te doy manchas de placer amoroso en tus ropas suaves y perfumadas por tu olor natural. Te entrego mis gestos prohibidos, para que los grabes en la eternidad de tu mente. Creo que te doy “El momento”. Te doy un mundo decorado con mi lenguaje perverso, académico, barrial y confuso. Te doy una locura sana, sentados en un escaloncito que se funde en nuestro compartir. Te doy mi amistad, con toda la sinceridad que tengo. Te doy mi pobreza para que la sintetices en tus palabras sabias. Te doy mis inseguridades y mis inquietudes, para que las disperses con tu simple atención magistral. Te doy mi tiempo el cual es agitado, y a la vez paciente, para que lo pongas en un reloj de arena y armes una playa de situaciones. Te doy mi humilde sabiduría, mi conocimiento, para que te pongas en guardia para digerirlo. Te doy lo que soy. Te doy mis enojos, mis malas contestaciones, para que luego me escuches aullar mis lamentos. Te doy las gracias por estar conmigo.
Espero todos lo días el momento eterno a tu lado. Podemos caminar hasta el fin del mundo, solo estando juntos. Todos dicen que es difícil “lidiar” conmigo, hacer un contrato social. Yo con vos desapruebo cualquier cuestión en la cual me auto juzgué. Te permito lo impermitible. Tranquila belleza, que “ya estás jugada” más allá de cualquier respuesta. Sé lo que haces, siento lo que das. Te bautizo en mis brazos, que se inquietan en tus espacios. Me pregunto como será la ausencia de tu ausencia. Siempre espero verte antes de que mi humor colapse y estremezca el lenguaje.
El momento, siempre que lo dominemos será nuestro. Volemos en la tierra, y soplemos nubes para entrelazar nuestras métricas pensantes. Quedémonos juntos, hagamos de lo nuestro algo inevitable. Sigamos construyendo lo nuestro.
miércoles, 1 de julio de 2009
Relacionado
Las tres puertas entornadas frente a mí, como un abanico. Una conduce a la virtualidad, otra es solo un pasaje, la ultima introduce al puro recuerdo. Yo frente a ellas de brazos cruzados, pienso solo en tu inocencia. Y la pienso en el doble sentido, ya que sería injusto que un ser como vos porte algún tipo de culpa. Mi memoria retiene lo minúsculo. El tiempo es un elemento hostil y traicionero.
Nostalgia demencial.