lunes, 20 de julio de 2009

Enemigo

Amigo soy, por eso presto atención al enemigo. Epicuro en el jardín. La cuerda floja del destino y mi amigo en un charco de sangre. Soy amigo de lo desconocido. No soy amigo del desconocido. Soy amigo del lío. Soy un escrito en desorden. Fijate quien te deja y quien te recoje. Morite tranquilo, que el amigo te vela, en un sueño pasajero. Se consume, como vos, en tu lecho. Saludos para ustedes que se fueron antes de tiempo y me dejaron este vacío bien "cierto". Feliz día para algunos. Infeliz día para otros.


"Soy amigo de Platón, pero más amigo soy de la verdad"

Aristóteles

jueves, 16 de julio de 2009

Sujeto tácito


Por que no está para nadie. Por que es más mago que el de cualquier cumpleaños. Por que lo condenan las aventuras de dolores y ausencias. Por que él no decide. Por que todo lo que escribe ofende, se mal interpreta. Por que es más humano que poeta. Arrastra el dolor de no tenerte plenamente, la bronca de lo injusto. ¿Cuándo él no está, te sentirás tan mal como él, cuando vos no estás? Un miedo estratégico, de auto conservación. La intranquilidad constante, el nerviosismo ante una no expresión. No puede enseñar mas nada. Ahora él solo quiere recibir, pero de verdad. Quiere escuchar, ya que poco se puede decir. Él llama, desesperado, temblando. No lo atienden. Luego la tranquilidad atiende, ¿la tranquilidad de qué? Si ya nada decidimos nosotros. Lo que se elige, lo que toca se padece. Por amor todo. El todo. Hagan lo que quieran. El Sujeto tácito no tiene amigovios. Se queja de él mismo, auto describe su voluntad enferma; su retorcido “sentir” sin parar. Una carta filosa, va haciendo tajos en su cuerpo, chiquitos, dolorosos, duraderos, insistente. Piensan muy mal del Sujeto tácito. Él sabe que siempre que uno se muestre tal cual es causara ese tipo de “impresiones” Que gana: La muerte en total paz. La muerte del sentido, de la mentira con fundamento en la imaginación incontrolable. Dejame escribir es lo que me queda. No te enojes. “Las cosas se terminan, eso es una realidad” Esta bien, no se lo digas tan seguido, al Sujeto tácito esa reflexión lo acorrala, piensa en que hará en ese momento, y el ya no quiere pensar en eso, esta cansado y herido-cicatrizado. Solo quiere sentirse bien el tiempo que lo dejen a tu lado. Y también conoce esa sabia sentencia: “Quisiera, pero nada, dura para siempre” y esa frase siempre le anudo la garganta y le embolso el ojo con una lágrima. Y ahí anda, como buen desaparecido. Y los amigos preguntan, “en que andas que no se te ve, usted siempre tan discreto” y el Sujeto tácito responde, aunque nadie entienda: “Controlando el sentimiento. Hibernando” Nadie diría que lo odia, aunque en algún momento lo haya sentido. Eso solo puede hacerlo una madre. Ya da vueltas no solo en la cama insomnica, da vueltas caminando sobre sus propias secuelas. Las retoma, las camina nuevamente, las diagrama, las reencuentra. El Sujeto tácito, se encontró con la Poca Sustancia, toman un te juntos y juegan a la ruleta rusa del pensamiento. Ya llego la noche y una vez mas se fueron todos, y el Sujeto tácito le apuesta todo a la Poca Sustancia, a que vos podes dormir. En más ahora a las dos y media de la mañana, solo dormís, ya no pensas en nada. Y eso no esta mal. Es él que no puede parar de pensar en vos y perturba su dormir por que no sabe a quien se le ocurrirá “que él no pueda verte” ni de lejos, ni de cerca, ni de nada. La Poca Sustancia y el Sujeto tácito, se van cabeza gacha a la cama, a fumar un pecho sin aire. A esperar una alerta matutina, una esperanza de tarde, y por fin el milagro de la noche. Un Pablo las espía a las dos, con su mirada indecente, a través de una puerta entornada, y les murmura: “No se enojen; solo las escribo

lunes, 13 de julio de 2009

La poca sustancia

La poca sustancia camina desnuda, nostálgica, por el borde del mundo. Como un niño jugando a las escondidas observa desde un rincón, la copa de un pino, que parece una mano de hierba gigante, movida por el viento, tras perspectivas de ventanas. Mi cuerpo de tarde débil, se recuesta en la cama con un onírico tabaco tardío. Las siluetas del pasado divagan entre las pupilas y el humo denso. La captación de lo indecible coloniza el recuerdo, la estructura del solitario se deforma. El sol se asemeja a la helada mañana, y el espíritu errático sedentarea en ficciones. Burbujas dulces invaden las papilas gustativas, un placer mundano que traza mi especie. La palabra etrusca y el símbolo inquieto. Ser significado y significante. El campo de batalla reducido al tacto, la noche superpoblada de sentidos. En mi cuerpo se inyectan nanospensamientos, y éste los condensa como autómata del sentimiento. La danza extranjera que habita los sollozos de mis plegarias. El escrito en destierro combinando las ausencias, sujeta en su manca mano, las distorsionadas visiones de flujos silvestres. La lengua predispuesta olfatea como una nariz. La poca sustancia da imagen a la idea. Una respiración artificial de pseudoefedrina, una regla disimétrica, hueca en surcos de lágrimas. De tanta situación, la visión está alterada. Mitigado en los tiempos eternos que velan una ausencia, resbalo por la pendiente del destino. La sustancia se disuelve para traspasarlo “todo”. Ya no se sostiene la paciencia discreta, que se hace ectoplasma, fantasma, solo ente, en la necesidad de lo consistente.
La poca sustancia camina no caminando. Va reptando desde su imaginación hacia lo real y des-supone los supuestos. Es eso, sólo una poca sustancia, inquieta, nerviosa, muda.

domingo, 12 de julio de 2009

Un estado

No puedo escribir nada. No puedo escribir nada. No puedo escribir nada. No puedo escribir nada. No puedo escribir nada. No puedo escribir nada. Leo lo que escribo. Escribo lo que leo. Pienso en lo que escribo. Escribo lo que pienso. Pienso cuando escribo. Escribo cuando pienso. Esquivo cuando escribo.

viernes, 10 de julio de 2009

La fuerza del cansado

Otra vez perdido. Un laberinto sin fauno.

Tanto hablan de nudos, y el mío quedo atado

a mi garganta. Desconcierto de niño pobre.

El que está atado de pies y manos, soy yo.



Dormido ya no sueño, divago en crisis.

Esculpo la paciencia, con un “no goce”,

la sucesión empieza en las mejillas.

Lágrimas. El camino esta en bajada.



Un pasillo frío con dos brasas, dos cuerpos

que titilan la necesidad y la esperanza. Delirios.

La situación histérica es generada por otros,

yo solo doy quejas de corazón herido, arrastrado.



Uno más de los tantos poemas inútiles.

La espera más larga ha llegado, y ahora

riego decisiones para que crezcan.

La fuerza del cansado tiene miedo.

miércoles, 8 de julio de 2009

Soledad genética

Sumaré al desconcierto mi sueño de gloria.

No comí nada en todo el día. No toque ni las milanesas, ni la ensalada. No tengo hambre, sigo triste desde aquel excéntrico domingo. ¿Vieron que mundano es uno cuando escribe? Le entregue mi auge económico a un demonio estratega, ahora en la ruina solo tengo amor para dar; y eso para planificar no alcanza. Una economía especulativa siempre necesita perder consistencia. Pero el deterioro del sistema es irreversible pues entraron en crisis desde las matemáticas finanzas hasta la calidad de las personas. Un mundo basura se termina. Cuando hablo de mí hablo de otro. Todo sucede en una “no levedad”, nosotros solo apaciguamos. Tratar de corregir los tiempos, lo espacios de un escrito, no modificarán su naturaleza, solo pondrá obsesión en lo inútil. Me di cuenta que nada me ofende o me enoja, solo me “duele”, las cosas me “duelen”. No sé lo que es escribir, solo lo hago. No poseo reglas, ni técnicas, no soy confesionista. Solo modifico el “sentido sentimiento” de una gran ecuación de la cual se despejará una equis situación. Voy tomando el recaudo de una garganta herida de tanto gritar. A veces me pregunto que será sentirse moralmente superior. Los conceptos morales son peores respecto a los valores absolutos. ¿Cuánto puede haber de inhumano en un sentimiento? Voy superando todas las muertes que puedo. En un escondite de perspicacia guardo aun el don de mi sonrisa. El que logre entender obtendrá más que el paraíso, el infierno. Estudiando las condiciones reales de la evolución de una relación, soy producto de una situación excepcional, y toda situación excepcional tiene como resultado primero una revolución, y luego un proceso. Cuando estás enojado no tenés que dejar solo al otro, es cuando más te necesita. Pero la soledad es genética, y ya no teme a nada, solo hace simbiosis en una compañía. Parecería que el amor te deja más solo que antes, debido a su capricho de distorsionar las cosas en “dependencia de la necesidad de lo que necesito”. El pensamiento, una tablita para flotar en el medio de este océano de nostalgia. En cuanto pueda recuperar tus sonrisas y tus tiernos gestos los embalsamaré en mi memoria y crearé la imagen de mis sueños.

Ya superaré lo conocido y lo desconocido de una soledad genética.

viernes, 3 de julio de 2009

El momento

Te doy mi libertad para que la disfrutes jugosamente en una plaza. Te doy mis suspiros más ocultos para que los tatúes en tus mejillas. Te doy mi atención, cosa que muy pocos obtienen. Te doy mi realidad para que la sueñes en tus necesidades más caprichosas. Te someto en la estructura de mi cuerpo, para que la organices en tus manos suaves, y en tus besos lujuriosos. Te doy manchas de placer amoroso en tus ropas suaves y perfumadas por tu olor natural. Te entrego mis gestos prohibidos, para que los grabes en la eternidad de tu mente. Creo que te doy “El momento”. Te doy un mundo decorado con mi lenguaje perverso, académico, barrial y confuso. Te doy una locura sana, sentados en un escaloncito que se funde en nuestro compartir. Te doy mi amistad, con toda la sinceridad que tengo. Te doy mi pobreza para que la sintetices en tus palabras sabias. Te doy mis inseguridades y mis inquietudes, para que las disperses con tu simple atención magistral. Te doy mi tiempo el cual es agitado, y a la vez paciente, para que lo pongas en un reloj de arena y armes una playa de situaciones. Te doy mi humilde sabiduría, mi conocimiento, para que te pongas en guardia para digerirlo. Te doy lo que soy. Te doy mis enojos, mis malas contestaciones, para que luego me escuches aullar mis lamentos. Te doy las gracias por estar conmigo.

Espero todos lo días el momento eterno a tu lado. Podemos caminar hasta el fin del mundo, solo estando juntos. Todos dicen que es difícil “lidiar” conmigo, hacer un contrato social. Yo con vos desapruebo cualquier cuestión en la cual me auto juzgué. Te permito lo impermitible. Tranquila belleza, que “ya estás jugada” más allá de cualquier respuesta. Sé lo que haces, siento lo que das. Te bautizo en mis brazos, que se inquietan en tus espacios. Me pregunto como será la ausencia de tu ausencia. Siempre espero verte antes de que mi humor colapse y estremezca el lenguaje.

El momento, siempre que lo dominemos será nuestro. Volemos en la tierra, y soplemos nubes para entrelazar nuestras métricas pensantes. Quedémonos juntos, hagamos de lo nuestro algo inevitable. Sigamos construyendo lo nuestro.

miércoles, 1 de julio de 2009

Relacionado

Las tres puertas entornadas frente a mí, como un abanico. Una conduce a la virtualidad, otra es solo un pasaje, la ultima introduce al puro recuerdo. Yo frente a ellas de brazos cruzados, pienso solo en tu inocencia. Y la pienso en el doble sentido, ya que sería injusto que un ser como vos porte algún tipo de culpa. Mi memoria retiene lo minúsculo. El tiempo es un elemento hostil y traicionero.

Nostalgia demencial.