jueves, 30 de octubre de 2008

Tu ausencia dice presente

Tanto extrañar me da nauseas. Busco a alguien a quien mirar mientras duerme, busco a quien cuidar mientras sueña. Me quedo inmóvil esperando los movimientos vigílicos de tu cuerpo, de tus extremidades; no están. Busco un rostro esculpido por la paciencia, no está. Escribo para no retorcerme, me condeno aún más. Rodeado del vacío busco llenarme, encontrarte. La noche ha sido mi aliada, renegar para no dormir para mí es amar. Se escucha por ahí: “Estas elaborando el duelo”, ese rumor se corre a picadas, insisto para mí es un autódromo de sutilezas. Busco a alguien que sude conmigo en la mañana. ¿Por qué me distes tanto? Por orgullo. ¿Puede ser romántico y emotivo un rostro pintado a gotones de semen? La respuesta me la da tu ojo izquierdo inyectado en sangre después del atentado, esa mirada me paraliza el alma, es ambigua; el ojo izquierdo muestra la furia repentina de la perdida del sentido de tiempo y del espacio, lo frenético de la pasión, del sentimiento, del romanticismo, el ojo derecho blanco, radiante, expresa en fulgor pícaro la audacia de nuestros destinos, la serenidad de nuestra desnudez de almas, el amor que me tenias.
Hay conejillos de india con consentimiento. Un sótano, un desodorante “impulse”, un simple carnívoro, eran todos instrumentos del hartazgo, cómplices de historias al limite. Busco reencontrarme con tus aromas, no están. El de la llegada era mi favorito, era olor a nada, o sea solo tuyo. Ya venias candente, creo que ese era el olor. ¿Cuánto tarda uno en amar el olor de la boca del otro en el beso matinal?, ése que se da apenas uno abre los ojos. Ese era mi oxigeno para encarar mi día, ese beso corrosivo me trasladaba a tu mundo, ese beso me despertaba así como me adormecía. Hoy no está. Aunque te envicie, adquirir satisfacción sola no es moral, es solo un juego macabro que articula el recordar.
En la habitación vacía, alterado, tomo lista sin vacilar, otra vez con voz dulcemente demoníaca tu ausencia grita: ¡Presente!

miércoles, 22 de octubre de 2008

Caja de sor-presas

Niebla, tinieblas, telas de arañas, una película en blanco y negro. Te cuento de qué trata lo que escribo. Me meto en tu sangre como un virus asesino. Me interpreto en las noches, un vuelco inesperado, un final maldito. Corto y simple es el viaje a la oscuridad, desplegando artimañas se confecciona la realidad. En el nombre del espíritu que nada tiene de santo. Coronas de jazmines pare este pecador nato. Final abierto: la droga más adictiva. Doble personalidad, solo conoces bien a una, la otra es un noúmeno. Dirección del desorden como un transito congestionado. Empalado en un destino indiscreto se forma “el social”, un cuento de Hadas, derretido en un micro-ondas. Salvavidas emocional, la torpeza cumplida y la desdicha a tus órdenes. En tus pies clavos. En tu pensamiento estigmas. Un accidente, un remolino de sangre, y mi cuerpo en alma. Juicio indecente para un noble capricho. Una chica-perra en cuatro patas, y un gemido humanoide, mini piscina de semen en el hueco de su ombligo; por ahí corto el principio de su vida, ahora ahí también descansa “acabado” un origen. Similitud con el África. Desayuno, merienda, almuerzo y cena, las palabras más insignificantes del mundo. Me indigestan, por eso las uso. No te caigas, aguanta el equilibrio. Todavía no dijimos nada, es solo la previa.

domingo, 19 de octubre de 2008

En penitencia

Flagelante me declaro ante tus ojos inauditos. La diferencia entre el ra y el na. No tenés que tomar alcohol. El primero te duerme, el segundo te deja mogolico. Tu montada matutina y el desafío al tiempo. En un rincón perfecto declaro una perduración de lo ilusorio, un recuerdo demoníaco situando un sito. Un puterío de emociones emergentes del desvelo. Cambien la hora; y todos los robots esperan las doce como si fuera año nuevo para jugar al espacio y poner el reloj a la una creyendo controlar un tiempo. Y yo en penitencia, con mi reloj de crostas sensibles que marca la huida indefina, una hora interna, kantianamente categórica Una curva peligrosa; el guard-ride es color negro, invita al choque frontal, de lleno. Navegación de mi erotismo es especias picantes. Una bañadera que se llena de emociones, de rechazos, de sollozos. Un descubridor de tesoros, al cual le cae la maldición tal Howard Carter con Tutankamón. Jauría, cardúmen, colectivos imaginarios, “cuerverios” acechan a mis pensamientos. El uno como uno, sin egoísmo. La personalidad nunca es egoísta. Una confesión por un pensamiento, una penitencia por un entendimiento. Salto al vació de lleno, por eso me buscan, un encuentro en penumbras develara nuestros rostros. Retomo del pasado escrito la linterna mágica, y proyecto el castigo salpicado de perdones. Borrador borrado, correcciones inútiles, espacios des-ocupados. Relleno rompecabezas, simultaneo, enrarecido. Tu perfume me bautizó como condescendiente de tus plegarias. Clave morse en mensajes visuales, re-escribo el capricho. Diapositiva del encuentro, una sensibilidad extremista. Lo secular en disección interrogativa. Un cuarto de madera, un oído perfecto. La estética de lo indecible toma su primer plano, acontece en construcciones perfectas, milimetradas. Una vuelta más; y retomas la salida.

lunes, 13 de octubre de 2008

Correlato con lo irreal

El capricho de no terminar lo que se empieza. Empezar lo terminado, por una naturaleza eléctrica. Entendieron mal la película, de 1700 a un millón de riesgos dulces. Veo lo que miré, cuestiones mundanas que sortean un cuarto. Crear un espacio es crear un tiempo. Amagar distancias, genera el juego. No sé que pensaron, pero lo pensaron mal. En una apariencia ahogaron sus penas. Una entre línea que sangra oscuridad, mensaje sánscrito que configura en deseos. Un chusmerío imaginario que alimenta fantasías. El mundo va en estructuras simbólicas, y el sentido da sustancia a un momento, infamias de cotillón, para el interpretador de sueños. Tu gemido me da la señal de que despertás, que volvés a hacerme compañía después de haberme arrojado solo e itinerante, temblequeando al mundo de la noche donde me siento un espía. Interpreto ese sonido el día rezonga en vos. Ahora cambio, me pongo feroz, y les digo, entendieron mal, muy mal: escribir no te hace especial, para nada. No vas a poner tu tinte de pedante extraño y aislado escritor, no existe, no hay modelación, solo lo más autentico: lamentas que sos vos, pero jugando a las escondidas siempre elijo contar yo, me gusta buscar, encontrar. En tu momento especial, acompañada de la nada, por que yo soy lo mismo que la nada, estando a tu lado sin poder cumplir mi rol, el cual yo elegiría, construiría. Todo se vuelca en un círculo vicioso. Si te gusta bien; y sino también. Mensajes de textos que transforman mi teléfono celular en una Biblia de los deseos prohibidos, de las mentiras-verdades que no se dicen. El silencio no se elige, nace con el solitario, lo moldea, lo educa, lo respeta. El es su padre.

Otra vez rearmando la realidad en letras, acá va una a, una o, una, e, una y, una r, una x; y así en iniciales inertes creas una declaración escrita que ornamenta papeles, celos, perfumes, sexo.

Cuando alguien pide, es por que supuestamente necesita. Buscar no es lo mismo que pedir, es totalmente lo contrario. Por eso busco una explicación, para no seguir jamás.

Lectura de Socios

El 30 de octubre del 2007, se fundó el “Club de los Noctámbulos” (http://noctarios.blogspot.com). La idea del mismo se generó pensando en toda esa gente que crea mediante la escritura. Parte de esa creación muchas veces se desarrolla en la noche donde uno siente una especie de comodidad incomoda que te mantiene despierto navegando en la noche. Hoy el club tiene vida propia gracias a los socios. Podríamos decir que el Club tiene su propia noche. Y para festejar su tiempo de vida organizamos un lectura con los socios del club el miércoles 15 de Octubre a las 23hs

(en "Elebar", Nicaragua 5001, Uriarte y Nicaragua, Palermo)


Lecturas:

Jimena

Nora

Yan

Natalia

Pablo

miércoles, 8 de octubre de 2008

La poesía no encaja

Qué pensás en el frío? Más frío

en el viento? Más viento. Yo sentado

en el umbral, naturalmente narcotizado,

enfermo; enfermo de noche sobria, egoísta y

bufonesca.

Dobla el viento,

me dobla, frío

soledades...

perfecciones.

Me tiran señales de humo desde la esquina,

el paso es lento como la carroña de la vereda.

Escupidas secas, plastificadas, pedazos de gente.

Caparazón craneal, en deterioro impune.

Me cortaría la lengua y escribiría sobre ella.

jueves, 2 de octubre de 2008

Hipertensa la noche, hipertenso tu brazo. Una luz hace equilibrio entro dos filamentos que le sirven de sostén. Nuestros cuerpos oscuros navegando en la negrura. Una de las tantas promesas incumplidas, y el desenlace fantástico, sublime, trascendente. Amor de muestra en un tubo de ensayo, un destino como investigador y un hombre que lo forja. Un desierto de espejismo descomprimiendo imágenes. Una oníria fúnebre que arma tu trama. Un perdón consecuente de castigo perfecto. Le das un corte al miedo para crear un monumento a la cobardía. Te gusta el viaje y en el voy yo y el sueño. Enjambre de cantos; de pájaros de mañana que corroen la psiquis. Conocer el engranaje a la perfección es una cosa, y la toma de una decisión es otra. Me tomaste enserio cuando construí las ruinas, ahí me nombraste arquitecto, luego me coronaste como creador de consuelos. Te hago olvidar lo que más recordas: La mañana y la tarde me dan lo mismo, ahora la noche se me da a mí mismo.