martes, 24 de junio de 2008

Secuencia enturbia

El pasillo, la parra, el llamador de ángeles. La parra, el pasillo, el llamador de ángeles. La parra, el llamador de ángeles. Tu muerto cuerpo. La parra, el pasillo, el llamador de ángeles. La imagen helada como la noche. La parra, el llamador de ángeles. La cerámica en sangre y: La parra, el pasillo, el llamador de ángeles. La secuencia eterna. El pasillo, la parra, el llamador de ángeles. Mis ojos en otros lados, en la parra, el pasillo. El sonido como lluvia de vidrios rotos. La parra, el llamador de ángeles. El empujón insolente y la venida en la desgracia. El pasillo, la parra, el llamador de ángeles. La piel blanca, el perfume autentico. La imagen helada como la noche. La parra, el pasillo, el llamador de ángeles. La secuencia eterna. La parra, el pasillo, el llamador de ángeles. La secuencia en reiterativa, se plasma. El pasillo, la parra, el llamador de ángeles. La noción al tiempo. La parra, el llamador de ángeles. El espacio mudo, el instante, constante. Arena y relojes desarmados de un soplo. Realidad finita que consta en la secuencia. Accidente inconsciente, riesgos de valor. Lloviznó. El pasillo, la parra, el llamador de ángeles.

lunes, 16 de junio de 2008

Y las tinieblas volvieron a reinar

Entendiendo el sexo comienza la discordia. “Te espero, avisame cuando estés en la puerta” (dos de la mañana) El triunfo del deseo genital ha hecho estragos conceptuales y la erección sigue ahí, latente. Desastre, perfecto, construido, esmerado.
Viene esta, y esta otra, una de acá y una de allá”. Derrame de vigilia la realidad pone en duda, el placer se manifiesta. Aromas imaginarios. ¿Qué estado nuevo es este? Cruel, sometedor, presionador, incoherente.
Lo mas decadente, lo mas natural, la puesta en escena de la carne, del HIV, de la hepatitis A X Y Z. “Y tiene HIV por que andaba en la droga” Cuanto hace que no se ve una jeringa, o mejor dicho se comparte, son drogas VIP e ignorantes. La información está, y es bien estudiada. La otra campana destella sus colores naturales: “Tiene HIV por su promiscuidad y desenfreno absoluto e incontinencia espiritual en lo sexual” La pasión del placer mostrando sus extensiones, la inconciencia espiritual, no mediática y social. La que nunca se puede explicar, la del deseo morboso e inquieto, agónico y encarnativo. La reflexión, de luces y razones orgásmicas des-velan el velo; pero… las tinieblas vuelven a reinar.